Te extraño mucho
y no es tu cuerpo
ni la fuerza de las manos...
Son tus palabras,
las que se desplazan lentamente,
recorren y con señorío pasean,
seducen la mente y la piel
Es en su eco, las que dejas y resuenan
cuando tú no estás
Son ellas, las que habitan
en los mensajes del lenguaje
las que siempre encuentro
y vestida me hallo desnuda
mirando en blanco y negro a el cielo
Son ellas, las que iluminan las sombras
y otra vez, sin querer, pierdo la fuerza
frente a la luna muda que nos nombra
en plegaria a ti, a mi y a dios
Cuando tú no estás
abrazo suave y fuerte, tú almohada
buscándote en el vértigo en el nombre del amor
en el símbolo más antiguo
de la sabiduría del cosmos
desterrando la magia
de todos los tiempos del mundo
Antes de ti y de mi
antes que fuéramos todo... Todo el amor
Antes que sintiera este miedo
y, este doloroso dolor de perderte,
que se apodera de mi,
cuando no estás y, antes de perderme...
Antes de sentir la fuerza de su luz
que desciende desde la doblez y enciende la acaricia,
la ternura abriendo el corazón
liberándote... liberándome
Siendo la respuesta viva, encontrándonos
Eligiéndonos guerreros del amor, sin armas
en cada una de nuestras propias historias
Solo tú y yo, amor
deslumbrados, entre la rosa y el incienso,
Amándonos, unidos en poesía y en la distancia,
interpretando la mejor versión del ser
ante el silencio ensordecedor del espejo
Mané Castro Videla