franklin blanco

ValiĆ³ la pena esperar.

Que la luz del sol brillara,

y  sus rayos blanquearan

las flores, del azahar.

¡Valió la pena esperar!

 

Para que escuches los trinos, 

de este jilguero afligido

cada día, al despertar.

¡Valió la pena esperar!

 

Que la brisa refrescara,

las mejillas sonrosadas

de mi niña, al caminar.

¡Valió la pena esperar!

 

Que la lluvia nos mojara,

gota a gota cual cascada

y en la playa retozar.

¡Valió la pena esperar!

 

Agarrarnos de las manos,

ver las nubes en verano

y las penas olvidar.

¡Valió la pena esperar!

 

Que la envidia terminara,

la esperanza regresara

y el tormento remediar.

¡Valió la pena esperar!

 

Por tu madre y por tu hermano,

que por el cielo lejano

ven serafines volar.

¡Valió la pena esperar!

 

Que al desandar tu camino,

no te lastimen espinos

ni congoja, al descansar.

¡Valió la pena esperar!

 

Que nuestra tierra sagrada,

este de trigo sembrada

y las mieses cosechar.

¡Valió la pena esperar!

 

Y que en la noche estrellada

llegue al tálamo, tu amada

para hacerse desposar.

¡Valió la pena esperar!

 

Que al orar al Dios divino,

con su corona de espino

Él te pueda iluminar.

¡Valió la pena esperar!

 

Y que este verso profano

haga implorar, al cristiano

sus pecados perdonar.

¡Valió la pena esperar!

 

Y que el poder de la cruz

haga reinar, a Jesús

en la tierra y en el mar.

¡Valió la pena esperar!

 

Franklin Joel Blanco Aparicio.

Villa de Todos los Santos de  Calabozo.

Venezuela.