caperuzita

Despues

Entre la niebla de una prometedora mañana, mis pies siguieron el viejo camino q me invita a cruzar la peatonal para poder llegar a destino.

Distraida entre mis preocupaciones, levante la mirada, para no chocar a nadie y como en un suspiro, el viento me despejo un poco mas el panorama; continue mi recorrido enrredando mis pasos con aqellos pensamientos de lo q debia hacer y de lo q seguro estaba olvidando.

En un instante, mi anillo enlaso un abrigo y nos obligo a detenernos. recorri con la mirada aquel brazo culpable de usar semejante atuendo q me quitaba valiosos segundos de  mi atariada vida. Hasta q escuche tu voz, y mi mundo, y aquel reloj q manipula mi destino, colapso. alze la mirada y reconoci tu piel y aqellos ojos q siempre perdia de ver, escondidos  tras el lente de aqella fria camara que se apropiaba de mis sueños.

Habian pasado mil años, habiamos cambiado.

Un silencio nos embolvio, mientras mis manos estremesidas trataban de desprender sin exito aqel anillo. es q jamas pude qitar mi vista de tu rostro, de aqellos labios, de esa sonrrisa q siempre regalas.
mis ojos recorrieron cada sentimetro de ti, como dibujando una postal, una fresca imagen en mi memoria, para algun dia recordar.

decidio ayudarme, extendio su mano, y rozo las mias. sentir sus manos calidas,hizo un segundo eterno, y asi fue q perdi la compòstura, comenze a temblar y para colmo de males, uno a uno mis libros y apuntes calleron sobre el piso.

atolondrada me incline a recojer mis papeles, y el comigo. el destino nos acerco un poco mas, en busqeca d un mismo apunte q se enrredaba en  el viento, y asi qedaron a centrimetos nuestras caras, y nustras miradas, sintiendo como hace años, ese aliento q me solia dar vida. qeria decirt algo, pero mis labios temblaban tartamudendo sin voz palabras desde el fondo de mi corazon.

 
Con la impotencia de sentir todo eso, solo pude regalart una timida sonrisa.

te reiste y me dijsite q no seria yo, si no hubiese tirado los libros. mi manos torpes eran mi sello registrado, te contest. mientras reiamos, y sin pansarlo jamas, con un sutil despojo tomast mi gelidas manos, preguntando por aqel anillo q nos reecontro;
tal vez, en una ironia del destino, aqel q nos acerco, hoy nos separa.
Aquel era mi anillo de compromiso.