John morales

Madre, hay algo que se llama vida (prosa)

Madre, hay algo que se llama vida, que pocas veces se ve atisbando en los confines míos. Pero hay algo que se llama vida.

Ese origen celular terrenal que cae a veces como una fe y, que nos llena y nos vacía.
Escucha madre, hay algo que se llama vida,
algo que vemos a ratos y mudando sus pieles entre pliegues de tiempo.
Madre, lo sé; la vida es en efecto una causa que parece no tener causa; mas su causa es el amor.
Cuando una A permanece quieta, cuando un color negro se matiza e inerte respira ¡Estamos vivos!
No conozco nada, no conozco a nadie; la vida que conocemos en verdad no la conoces.
Y, por eso escucha madre; hay algo que se llama vida.

La forma de mi madre me ha llegado al corazón, me estoy muriendo de ella, de sus años y de los míos, eso es vida.
Cuidado madre, que la vida va por ahí queriendo vivir, oscilando su onda en otra onda, y la luz en otra luz.
Pero madre, te repito: hay algo que se llama vida; que se descuelga en finos desgastes.
Hay cosas bellas como tu nombre y otras tristes como yo. Pero madre, a eso llamamos vida.

Hasta la vida estoy llegando con mis pies ensangrentados y tú, madre; me has lavado el pie y el ala herida.

 

Por eso repito: madre, hay algo que se llama vida y que a veces no vive en nosotros; mi madre: me cura, me besa, me ha planchado la camisa,

me ha dado de sus manos el yantar, y hasta quiere regalarme su vientre, y eso, sí es vida.

¡Madre, ahora advierto algo!

¡Parece que de la muerte, nos nació la vida!

¿Madre, aún estamos vivos?

 

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David John Morales Arriola