Jaghar Hesse

Deseos frustrados

 

Señorita, hay algo que te quiero decir, esto deberías saberlo:

 

Que deseo tenerte ahora mismo y cada vez que me apetezca, quiero que seas mía y solo mía, sin intermediarios ni otros propietarios, que cada rincón de tu cuerpo conozca mi boca, que mi boca te transmita mi sueño, que este se conciba en tu almohada, y poder ser libre te verte, tenerte y arroparte, sin pensar en nada mas que eso, ser el dueño de tu sexo, el guardián de tus noches y gestor de tus días, acompañarte en tu duro viaje y que día tras día lo termines conmigo, te quiero completa para mi, tu salvaje y tierna, hermosa y fiera, pero solo para mi, sin importarme tu realidad ni tu pasado, omitiendo cada pecado, porque eres realmente importante en mi vida.

 

Eres mi sueño frustrado, un anhelo escondido, el juguete que espero para cada navidad, tan inalcanzable como inagotable, perfecta y perpetua en mis sueños húmedos, una espina constante y muy dolorosa en mi corazón. Llevo mas de mil noches soñando tus largas piernas desnudas sobre mi, y varios de esos días luchando junto a ti, secando lagrimas de amores ajenos, y tensionando las cuerdas del circo de tu vida, para evitar que te desmorones, sigues hoy en día tan colorida como la primera vez, y el pasar del tiempo te han vuelto mas deseable, eres una invitación al sexo, y cada día pasado desde el primero, ha sido mi deseo estar en la hora correcta en el sitio correcto, donde con una mirada, posteriores besos y caricias que desgarran, mis labios probando tus senos y luego tus piernas envolviéndome, y luego la unión de nuestros sexos, conservar hasta mi muerte la imagen de cuerpo entero de tu figura, la línea de tu espalda, los huequitos que se te ven en los pantalones volviéndose nalgas, esa noche de sexo ideal la deseo, cada vez que te hablo o te recuerdo, has sido mi grial, sueño y tormento, han pasado varios años y a pesar de todos los azares del tiempo, te deseo de la misma manera, ahora tu universitaria y prospecto de medico, te deseo de la misma manera, que cuando tenias falda y medias blancas para ir al colegio, morir tranquilo, a sabiendas que robe parte de tu corazón, y una noche de tu sexo.

 

Compañera de tertulias, varios debates, peleas y divagaciones, estas noches mordería tu boca hasta el punto de reventar y beber de tu sangre, la idea de verte suspirar al pensarme, acariciarte y abrazarte, y decirle al mundo que eres mía, acaso lo ignoras, como me has logrado mantener, con ansias de  enamorarte o obviarte, y no incomodarte mas, lo cierto es que contigo me siento en paz, contigo aparece la risa y hasta las charlas se tornan densas, por la exposición sincera de nuestros sentimientos, pero siempre bajo el manto de una confortable compañía que me brindas, acrecentando mi deseo de dormir en tus ojos, beber el néctar de tu boca, apretarte los cachetes y con mi oreja simular un estetoscopio que escucha directamente de tu pecho el latido de tu corazón, espero que sientas lo mismo.

 

Tu mi alma gemela, te pareces tanto a mi, que llegas a punto de asustarme, eres como una versión anterior a mi, clara, sin las oscuras tentaciones, eres música y poesía, pasión y fuego por encender, eres la mujer que en mis sueños veo, aun cuando mis ojos tienen una replica de lo que eres por dentro, eres la niña bonita de mi deseo inconsciente y salvaje, eres la niña que quiero volver mujer, la novia que le quiero quitar el velo, eres un alma limpia que mi aura demoniaca espera llevarse conmigo, eres la sanadora de mi corazón negro, eres mi compañera de vuelo, frustra la distancia

 

Amor inocente y con deseo de volverlo culpable, culpable completamente de un oscuro tormento, sin reprochártelo espero contigo todavía toda una vida, juntos protagonistas del mismo cuento, ese que empezó una mañana entre tímidas palabras, entre confesiones, ese mes de los vientos, siendo mas pequeños, mas tiernos, menos sedientos ni tan abiertos de mente, aun cuando ansié tenerte supe contenerme, para no contaminarte con mi furia destructiva, ni dañarte con mis palabras, no tenerte cuando me moría por tenerte, y aun el día ese deseo se marca en una ansia al ver que eres alguien especial, eres lo mejor de aquella época y espero que seas la continuación de las venideras, aun quiero algo de nuestro amor inocente, aun espero que uno y otro sean continuamente nuestro últimos besos, aun pienso que el resto no importa y aun quiero mas que nada saciarme de ti, tengo hambre voraz de ti, quiero devorarte entera, conocer tu desnudes, hacer que tu corazón dependa del mío, mi alma complemento de la tuya, ama y esclavo y viceversa, torturadora en mi juego de dolor, porque el dolor anterior, aunque suene increíble, me emociono, y se prueba porque incluso hoy te pienso.

 

Hablo de ti, pienso en ti, te recuerdo, y cada pequeño instante contigo, cada rincón de tu cuerpo, cada sabor tuyo, recuerdo lo corto de tu cuerpo, esos pies que se me antojaban tiernos, piernas torneadas y esa cadera, propietaria idílica de la extensión de mi sangre, proyecto solo idealizado contigo, recuerdo ese vientre perfecto, y esos pechos dignos de ser pintados, muy bien guardados bajo tu vestimenta, nada vulgar y siempre muy sutil, ocultaban muy bien las deliciosas protuberancias en tu cuerpo delgado, recuerdo como amaba tus pechos, besarlos, acariciarlos y casi desgarrarlos, perturbarlos e irrespetarlos, recuerdo tus frágiles brazos intentando sostenerme, abrazarme y nunca soltarme, los mismos que se cansaron ante mi insistencia en dejarme caer, ese día que mi pesada carga le gano a tu amor, sigo recordando el recorrido de tu espalda, cuando dejabas de tener el cabello amarrado para convertirse en fiero y alborotado, entre nos, así te ves mas bella, rememoro tu tímida sonrisa, y luego la descarada sonrisa del sexo, tus pequeños ojos abiertos, y los mismos mientras dormías, tus líneas de expresión, tu boca en mi boca, tu boca devorándome, tu boca hablándome, consintiéndome, esos tiernos cachetes que aun quiero apretar, tu en totalidad, tu tierna y  a veces ronca voz, apagada y dulce, tus palabras y motes tiernos, tus enésimos te amo en mi oído, tus llamadas por teléfono.

 

Cada día deseando volver a tenerte, a ti a tu alma a tu cuerpo, tus sueños, que aun te quiero y esto que no me molesta sentir. Señorita, si supieras que te amo, a lo mejor esto no lo estaría escribiendo, lo estaría viviendo