Dulce

Aletea

 

 

 

Un día empujé con fuerza

para salir del capullo,

trémula por ese arrullo,

que no me dejaba mover.

¿Cómo podía saber?

que me agarrarían las alas

nadie nace para prestarlas

no las podría ceder.

Soy libre- me dije

cada cuál debe aprender

a volar a su manera

de forma firme y certera

y no dejarse joder

por ninguna de las garras

que oscurecen a la tierra.