Es curioso, que mi almohada haya sido testigo de todos los sueños que tuve contigo, donde te imaginaba sonriendo, viajando, follando.
Que otros días ni dormí, pero si te soñé despierta, desvelándome pensando en cosas que para ti en ese momento serían pendejadas.
Mi almohada sintió el agua de mis ojos que se empaparon al sentir que no serias para mí, el sudor de mi frente por los sueños húmedos donde permaneciste, pero sin estar aquí.
Ahora, físicamente te encuentras en mi almohada... Pensándome,
mientras yo tengo el sueño profundo, encontrando la relajación que cuando niña sentí.
JA. Pobre almohada, sabe más nuestra historia que nuestros amigos cercanos, que les contamos lo nuestro cuando estamos embriagados.
Sabe más. Pues cuando dormimos dejamos fluir y pensamos en las cosas mas puras. En el momento en el que estamos ahí es maravilloso, pero al amanecer parece estúpido.
Solo simples sueños, lo digo, en ellos eras maravillosa, la realidad es que eres estúpida.