Araceli Vellber

Te fuiste y no quería.

 

Y te fuiste y me dejaste las dudas

y las deudas de mi corazón, en la cola del banco

y yo esperando que algún banquero

atendiera mi impreso

para otorgarme una hipoteca sobre mi cuerpo

para poder ahogar mis penas,

entonces fue cuando me vi preso del tequila sin compañía,

aprendí a dejar pasar el tiempo

en el escaso espacio que le quedó a mi cuerpo

y aquella habitación antes ruidosa,

se ha convertido en paredes con eco

y aquel montón de trastos siempre viejos

están en el contenedor de los sueños

y ahora sobra sitio para nuestros corazones.

Yo no quería ver pasar el tiempo,

esperando al reloj de las horas sin campanadas.

Yo no quería irme primero,

si no irme después de las mañanas

y dejar la puerta abierta por si alguien pasa.

Yo no quería poner a pruebas las lágrimas,

prefiero las risas y sonrisas.

Y ahora que se acercaba nuestro aniversario

me embarco en batallas,

donde siempre salgo mas parado,

me olvidé visitar el calendario,

porque estoy más pendiente de las nubes y las estrellas,

que de mi pobre diario

y nunca me acuerdo

que no se puede morir más de una vez

pero hay que vivir más de cien veces.