Virginia de Albán

AVARICIA NOCTURNA...

 

 

 

He guardado para ti toda la noche…

 Y quiero ser candil sobre tu cuerpo,

y quitarle el disfraz a tanta sombra

para que no te devore

el laberinto ciego del olvido.

 

Seré una mariposa solamente

sobre el cristal urgente de tu cuerpo:

aliento aleteando entre tu aliento.

 

¡Casi tan mío, casi,

como la noche misma!

 

¡Ah, nuestros cuerpos sumándose

al cuerpo innumerable de la noche...!

 

 Y nos volvimos locos como el viento,

prontos como una fruta aferrada a tu boca.

En la avidez del aire

te acercas a la orilla secreta de mi cuerpo,

desafiando sin fin la madrugada.

 

Y en tu costado se alza

la luz amanecida.

¡Soy tan solo una pluma,

una pluma deseada

que cae sobre tu cuerpo!

 

Y de pronto apareces

salpicado de ayer entre mis manos,

totalmente de ayeres…