Siempre conmigo
¿Sigues conmigo?
¿Acaso tras mi piel, tras mis caídas,
tras mis lágrimas salobres de cerveza
y de ácidos terrestres y de semen,
acaso tras mi adiós, mi indecisión y mis penumbras,
acaso tras mi no, mi potestad, mis remolinos,
sigues conmigo aún tras mis incendios,
mi derrumbar los puentes de un camino que no existe,
mi ver la ausencia en que me dejan mis espejos
y las derrotas en que soy condecorado por la nada?
¿Acaso en esta voz soy yo la voz de tus delirios,
de tu propio buscar una salida a los misterios,
al gris laberinto de los días ordenados
en un calendario que no sabe adónde marcha,
en un fiel reloj que enloqueció de dar mil vueltas
y que quiso volar cuando no estuvo permitido?
¿Sigues junto a mi cuando yo mismo me abandono,
cuando no sé ser sino el olvido de mi mismo,
la oscura canción de aquellos años sin más sueños
y en que me volqué cual lava ardiente en tu cintura?
¿Pero sigues tú mi derrotero inanimado,
mi ajado transcurrir entre la nada de los días,
entre la noche sin cesar, enarbolada por mortajas
y en cada dolor en que me busco sin hallarte,
y en que apareces tú con tus dos manos en mi espejo
y con un mismo amor que ya creía exterminado?
¿Sigues sin dudar, encabezando mis sonrisas,
atándote la piel al estertor de mis lamentos,
cubriendo el musgo en luz para que las piedras revienten
y pueda florecer esa semilla de mi arena?
¿Sigues en mi ser, ese que obstruyo cuando canto,
cuando miro aquel lugar lleno de muertos insondables,
cuando hago el amor con cada hueso de sus nombres
y vuelvo a creer en lo que dicen sus espinas?
Si es así, si vas a acompañarme aunque no quiera,
fiel a tu razón, al parpadeo de tus sombras,
házmelo saber para paliar mi desespero
con un simple sol hecho de lágrimas hirsutas
y de un agradecer tras el dolor que estés conmigo
y que haya voluntad de un renacer entre dos bocas.
Si es así, si soy lo que esperabas desde siempre,
un pálido mortal que no descansa en sus cenizas,
que sabe que volar no es sólo asunto de las aves,
ven y abrázame, que son tus sueños los alados
y yo sólo pluma fiel de lo que juntos construimos.
Ven y dame amor, como yo el mío aún conservo,
herido, maniatado, sesgado en las esquinas,
pretérito en encuestas en que nadie fue censado
y en que en todos hubo un sí a la hora de no hundirse
y en que vuelvo a cantar tras las respuestas que no tengo
y entre las que estás con tu valor siempre conmigo.
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18 02 16