Araceli Vellber

Aquella noche.

No fue un beso lo que te di,

era una declaración

de paz,

de amistad,

de amor,

entiéndelo como prefieras.

Fue quizás, una pincelada en el cuadro de tu vida

o una nota en tu pentagrama

o un juego en tus sábanas blancas.

Quizás era un  querer estar dentro, pero por fuera,

o un querer, cuando no puedo,

o una llamada a la lluvia, para que me ayudara,

y refugiados en el paraguas de la vida,

poder juntar durante unas horas las miradas.

Aquella noche, fui gacela en la explanada

y tú un león devorando mis entrañas

victima del dejarme porque quiero

antes que me conquiste la fiera.

Hay una cosa que esta clara,

en mi naturaleza manda la hembra,

ella decide el celo,

la mirada,

y cuando quiere quedarse tumbada,

contra eso no hay palabras, ni armas inventadas.