Un poco más lejos.
Un poco más fuerte.
Un poco más rápido.
Hoy buscas la muerte.
Aprietas el puño.
Clavas los dientes.
Brumas de alcohol.
Mirada ausente.
Vibra el acero.
Tiembla el jinete.
En esta no ha sido.
Será en la siguiente.
Frío en la cara.
Corazón caliente.
El whisky ahoga el miedo,
te hace sentir valiente.
Un poco más lejos.
Un poco más fuerte.
Un poco más rápido
será suficiente.
Se acaba el camino.
Se acaba tu suerte.
Se llena el silencio.
Se quiebra tu frente.
Te acuerdas de tu madre
y también de otra gente.
De aquellos que te amaron.
De los que no supieron entenderte.
Entre risas y copas
alguien cae de repente.
Nadie te ha visto hace rato.
Esta noche habrás vuelto a perderte.
Un poco más lejos.
Un poco más fuerte.
Un poco más rápido.
Tu sangre se vierte.
Nadie olvidará mientras viva
como te encontró aquella gente.
Roto y retorcido el acero.
Retorcido y roto el jinete.
Y mientras la ambulancia buscaba el milagro,
aunque lo buscaba inútilmente,
tu padre descolgó el teléfono
y su cordura se quebró lentamente.
Lo que nos quedaba de niños,
murió contigo aquel día siete.
Adiós, amigo de sonrisa amarga.
Estés donde estés, esto es para ti, Nachete.
Todos los derechos reservados por su autor: Luis González-Aller