Hugo Emilio Ocanto

La satisfacción de compartir - Breve relato -

Ayer, domingo.

A pesar del intenso calor,

se me ocurrió

almorzar pastas:

ravioles de verdura.

No quise comerlos calientes.

Así que junto a mi familia,

los comimos fríos.

No es la primera vez,

y la verdad que

mezclados con queso crema,

son exquisitos.

Debido a la alta temperatura,

no convenía servirlos calientes.

No los elaboré,

fui a comprarlos.

Intenso calor en la calle

en busca de esos ravioles.

Prefiero hacerlos yo,

pero la verdad es que

no estaba el día

para estar cocinando

durante tanto tiempo.

Lo más práctico

fue ir a comprar.

Excelente masa,

muy buen relleno.

Me excedí en la cantidad adquirida.

Éramos seis en la mesa,

y, sobraron ravioles.

Al caer la noche,

alrededor de las 8:40 p.m.,

coloqué en una bandeja

los que quedaron.

La coloqué en una

bolsa de supermercado.

Bien visible el texto: comida.

Me quedé un momento

en la puerta de entrada.

A los pocos minutos,

pasó un carro

conducido por un señor mayor,

con tres jóvenes...

supongo que eran sus hijos.

Al tomar esa bolsa,

no las otras,

uno de los jóvenes

me miró y sonrió.

\"Tengan buen provecho\",

le dije, a lo que el jóven respondió:

\"Muchas gracias, señor\"

\"No tienes que agradecer,

pasen buena noche\", contesté.

Partieron, con su caballito criollo,

a su destino...

Sentí en mi interior

una gran satisfacción y alegría...

 

Hugo Emilio Ocanto

08/02/2016