Hola Mamita, disculpa que te moleste, con esta larga cartita. Quería que sepas que estamos bien en casita. Mi hermanito pequeño ya no llora mucho por las noches. Ya está creciendo. Y sabes que? El señor de la casa, dice que es muy posible que el año que viene, vaya al colegio. Que hasta es posible que tenga zapatos nuevos. Me ha alegrado mucho el saberlo. Yo ya se escribir, ya no necesito ir al colegio.
Ya no me duele mucho. Me estoy acostumbrando a lo que me hace el señor en las noches. Soy valiente, no lloro. Él dice que si me porto bien, mi hermanito estará tranquilo. Y que no le pasará nada. No te preocupes por mi Mamita, ya cumpliré diez años, y soy una niña valiente, como me decías siempre.
Sabes, ya se donde está mi papá. Tu nos dijiste que está en el cielo. Yo lo he visto en la Iglesia. Está con los brazos abiertos. El nos quiere, y sé que tú estás a su lado. Pero, el señor que cuida la iglesia, después de invitarnos comida, me frotaba los pechos, diciendo que hacía eso, para que salga el diablo que llevo adentro. Hay cosas como ésta que aún no entiendo.
El señor de la casa es muy bueno. Nos trae comida, y nos lleva a los mejores lugares, donde podemos cantar con mi hermanito, y conseguir hartas monedas. También nos recoge, y no nos cobra nada por esto. Dice que lo hace por que tú le pagaste lavando su ropa hace mucho tiempo. Solamente sigo sin entender, porqué tiene que lastimarme en las noches. Y a veces se pone peor cuando está ebrio.
Por qué tuviste que irte, Mamita, al cielo? Hay muchos niños que en la calle, lloran por que sus mamás o sus papás no les compran un juguete o un caramelo. Yo solo quisiera abrazarte de nuevo.
No te pongas triste, Mamita, estaremos bien, yo y mi hermanito pequeño.
Me voy, te dejo. Ya llegó el señor, y otra vez está ebrio.
Te quiero mucho.