Murialdo Chicaiza

A MIS HERMANOS

Esos seres que la vida nos pone por delante

que tienen algo de nosotros

por las rodillas heridas y el llanto

se nos aparecen en la vida

y en la muerte sin haberlos llamado

porque respirábamos juntos

mientras los juguetes se descolorían

y los fantasmas del armario tejían

telas de arañas en las esquinas

esos seres que nos abandonan

sin que nadie sepa cómo

y los abandonamos por siempre

y ellos nos abandonan por sus sueños

acaso nos quedan solo recuerdos

aunque nacemos del mismo vientre

una misma leche nos alimentaba

luego la vida se encarga de desplazarlos

y los sentimos rotos

extraños en esta dimensión triste

hasta que un buen día

algo se nos rompe por dentro

y sentimos que deberían estar junto a nosotros

en la desgarradura del tiempo

en el abandono de la distancia

y queremos traerlos de vuelta

burlarnos del sino terco

expresarnos ante ellos sin palabras

como cuando los pájaros huyen

de las sombras hacia las mañanas

es que no sabemos lo corto que es el tiempo

que se nos escapa por los ojos

y nos convierte en delicado polvo

mientras palpitamos hacia la nada

entre los acordes de los rumores de saber

la crispación de sentirnos pasajeros

en esta incierta nave que es la vida.