Luis Alvarez

ODA A LA VERDOLAGA

Jamás hube pensado
que alguna vez tendría en mi ventana,
que da al centro del EUR, en la ciudad eterna,
una simple mata de verdolaga,
desafiante del arduo calor
de este verano europeo que hoy transita.
Sí. Nació en mi entorno aquella planta
ayer no hermosa,
cuyo verdor desafiaba la canícula.

Mi primer instinto fue quitarle la vida.
Recuerdo que en mi pueblo natal ella era monte.
Monte que había que eliminar a toda costa,
que había que extinguirlo
para no perecer frente a su expansión avasallante,
que había que limpiar su asentamiento,
sin ponerse a pensar en sus tallos carnosos
que podrían hasta servir de masa alimentaria,
como una vez han debido pensarlo
los primitivos maestros tumusas.

Pero una mano femenina y sutil
apartó mis tijeras, en pro de una clemencia.

Ahora, todos estos días,
cuando hago verter el agua sobre sus blandos pies,
paso revista a todo lo que he sido;
Columbro la escardilla implacable.
Mas, no hago lo aprendido un ayer.

Y es que, ahora, frente a este férreo verano lazial,
solo la verdolaga ha mantenido las aguas mañaneras
haciéndolas verdor.
Solo ella ha creado alegría
y ha hecho que las miradas no se aparten
de esta ventana mía, que da al centro del EUR,
en la ciudad eterna.


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Roma, verano del año 2012.

Tumusas: Antigua tribu del Sur de Aragua, en Venezuela.

EUR: Parte de Roma

Lazial: Del Lazio. Región de Italia.