Que no queda nada sin la luz de tu mirar,
sólo un espacio desierto, vacío e inmenso,
sólo una estancia de sombras y oscuridad,
nostalgia bañada en pasión y recuerdos.
Que este maldito lugar se transformó sin tí,
en un abismo abrupto, profundo y eterno;
un lugar donde nadie logrará reemplazar,
la oscura mirada que encendió mi fuego.
Que no queda nada sin verte sonreír,
sólo una estrella que perdió su universo,
sólo un aire inerte que no puedo respirar,
suspiros gritando tu nombre en mi pecho.
Que este maldito lugar se convirtió sin tí,
en un árido planeta bajo un sol de hielo,
un mundo donde nadie logrará suplantar,
la tímida sonrisa que prendió mi anhelo.
Que no queda nada sin escuchar tu voz,
sólo este insoportable y temible silencio,
sólo el recuerdo de un tiempo que ya pasó,
ecos del ayer turbando mi pensamiento.
Que este maldito lugar devino hoy, sin tí,
un cruel huracán que me arrebata los sueños;
un espacio donde nadie jamás podrá relevar,
las notas de tu voz susurrando en mi aliento.
Que no queda nada desde que no estás aquí,
sólo momentos de un ayer, pasado y etéreo,
sólo un puñal quebrando sin piedad el corazón,
océano de lágrimas surcando tu recuerdo.
Que este maldito universo se tornó hoy, sin tí,
un viaje hacia un destino temible e incierto,
el temor a no encontrarte en mi mundo jamás
y el temor a sucumbir frente a ti si te encuentro.
1/02/16
Dedicado a A.H
Adoración Medina
(Ado Medina)
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