Lucy Quaglia

La rosa

Una rosa

           Linda

                   Hermosa

Se abrió una mañana

Sonriéndole al sol

Entre las espinas,

           Los callos,

                  Los nudos

De un mundo 

          De envidia,

                   De celos,

De horror.

           La rosa crecía

Y se hacía grande

Mirando a los rayos

           Del sol del amor,

Y mientras crecía

Y se acomodaba

Le hacía sonrisas,

             Cosquillas y danzas

Al cielo 

             Y al aire,

Al viento 

             Y al sol.

 

Una rosa grande,

Llena de colores

De piel de durazno,

           Suave y sin arrugas,

               Con mucha esperanza

                  De vida futura,

Salió a saludarme

Hace una semana

Entre los esquíes,

El río, 

          La danza,

                  El cielo celeste,

El viento en los pinos,

El auto en las curvas,

Los chicos durmiendo,

El picnic con frío,

El ruido de cantos,

Cohetes y tiros,

Y algún trasnochado

Cantando borracho

Hacia el año nuevo

Y hacia el porvenir.

 

Una rosa primorosa,

Querendona y amorosa,

Va creciendo entre las flores,

Va trepando en mi balcón,

Y me atrapa con el brillo

De su joven corazón,

Con arrullos desde el alba

En tus brazos y en tus nalgas,

Tu sonrisa y tu candor. 

 

Una rosa de bañaba

En los rayos del amor,

Y el rocío en sus entrañas

La encontraba con ardor,

Mientras juega en la mañana

Con las visitas de hormigas,

Mariposas y abejitas,

Que la van a saludar.

 

Una rosa se encontraba

Recostada en mi balcón,

Se esfumaba,

              Se agrandaba,

Se achicaba, acurrucada,

En los brazos del amor.