AAdonis

Despertad

Y fué una entrega sin reservas,

en el cuarto de un hotel,

 sin firmar ningún papel.

 Y no hubo preguntas

porque ella no quería respuestas.

Y ellos no hablaban

el mismo idioma,

pero el deseo  y la pasión

 no necesitan de diccion.

Y la cautivaron sus ojos                                                                     

misteriosos como el mar,

El fuego de su mirada: tan sensual

que la rozaba completamente

haciéndola extasiar.

Y sus carnosos labios

 que la invitaban a errar.

Y sucedio la mutua entrega

El imaginando que era suya

Y ella dejándolo pensar.

 Y en el cuarto de un hotel:

El se quito su Kurta 

Y una vez más: fue infiel

Derechos Reservados. Aadonis

24/1/2016