Vicente Martín Martín

Alguien se ha dejado un papel sobre la mesa

Alguien

se ha dejado olvidado un papel sobre la mesa

y en él leo tu nombre,

tu número de móvil y la marca inequívoca de haberse

derramado el café.

Querida Elizabeth, nunca he dudado del valor exotérico que tienen los diamantes,

ni he llamado a la puerta de un anciano con síndrome de Diógenes

y no va a ser ahora cuando empiece a comprar preservativos

para hablarte a los ojos,

no he sido un defensor de la poesía bucólica

para olvidarme hoy de que existen criterios estrictamente estéticos

para andar por la vida,

pero escucha

no tengo vocación de dinosaurio marino

ni filmé la película en que alguien disparó contra Trotsky,

soy un tonto y lo sé,

un tonto que parece un teólogo enigmático y aunque he sido

un mediocre estudiante

aún llevo muy arraigado el sentido de la imbecilidad.

 

No seas quien me venga a decir de qué otra forma

ocurrieron la cosas a pesar

del olor que despiden,

no seas tú

quien me diga que llego tarde a casa y apesto a barbitúricos

si resulta

que hay sonrisas borradas y restos de café sobre la mesa.