Mujer Nagual

Pajaros que Nadaron Igual.

La Flor más de ella,

seguía mirando a ver si su amor venía o se iba.

Dolía sangrar desde el Corazón,

poder hacer de aquella poesía,

una labor amorosa en esos fulgurantes Ojos.

Se la oía en su tambor resoplar,

acongojada en el Infinito

Unas nubes tenían el tesoro de su pena,

lavando el tiempo,

nadando en tierra negra, rojiza.

Sola se va haciendo

cuando se calla en un lugar.

Patea el ramo de la dulzura,

y se calma hasta ver el Sol de rodillas adornadas,

discutía con su madre,

imaginaba con rencor.

Dolía tanto esa Luuna,

que todo misterio encajó.

Despide llamándolo,

como madre a sus hijxs,

como la suave brisa en los tobillos

que caminan a toda dirección.

Espera aunque se impacienta

y vuelve al amanecer.

Se cae a un árbol,

amándolo mientras lo cose con llanto,

acomoda su figura a la cortezza.

Nunca olvidó su calor,

abrazante está esa Tierra,

que puja a seguir Pariendo el mundo

mientras las voces le dicen que Regrese.

Veo mi Reflejo en el Tiempo,

y me veo en ella,

encuadro lo que veo,

más allá de tu visión.

No te asustes tanto mi amor,

el miedo solo aterra,

en la tierra.