En la voz de Gaviota Romero
Piececitos de niño,
 azulosos de frío,
 ¡cómo os ven y no os cubren,
 Dios mío!
 
¡Piececitos heridos
 por los guijarros todos,
 ultrajados de nieves
 y lodos!
 
El hombre ciego ignora
 que por donde pasáis,
 una flor de luz viva
 dejáis;
 
que allí donde ponéis
 la plantita sangrante,
 el nardo nace más
 fragante.
 
Sed, puesto que marcháis
 por los caminos rectos,
 heroicos como sois
 perfectos.
 
Piececitos de niño,
 dos joyitas sufrientes,
 ¡cómo pasan sin veros
 las gentes!