Joan Saavedra

Fuimos Mundos Opuestos

“Fuimos mundos opuestos queriendo estar juntos; ella era el día,  el dulce aroma de un café en la mañana  y la suave brisa que recorría mi cuerpo cada tarde, yo era la noche, la oscuridad de su habitación y el frio que recorría sus labios y congelaba su corazón.

Ella era la luz en mi camino, yo era la oscuridad en su destino, porque nunca pudo ver a través de mis ojos lo que en ellos ocultaba, nunca vio mi pasado, solo vio en el brillo de mi sonrisa un sincero amor que cada vez más la enamoraba.

Yo era un poeta loco que ocultaba en mis versos de amor, miles de poemas llenos de tristeza y dolor, ella era una encantadora lectora, que leía mis escritos y me susurraba al oído que para ella yo era el mejor y nunca había conocido un gran compositor.

Yo era como la profundidad de los mares, porque pocas veces dejaba ver lo que hay dentro de mí, ella era  como un arrecife de coral porque nunca ocultaba nada y así siempre pude ver, lo bella y feliz que  ella es.

Yo siempre era su oposición, es decir, si ella era blanco yo era negro, ese color negro que solo resaltaba con su dulce color blanco, yo era el fuego y ella era el agua que siempre con un dulce beso apagaba esta triste llama que había en mi interior…

Ayer fuimos mundos opuestos, hoy somos  un solo mundo. “