Fantasma de Nadie

La ErĂ³tica Del Alma

Tu pecho esconde la concupiscencia
Más alta que nadie imaginaría
Y se resuelve en plena galanía,
Girando en su divina transparencia.

Tu vientre, en su absoluta trascendencia,
Sacia más que cualquier anatomía
Y da de beber, como la ambrosía,
El néctar de la mayor providencia.

Que vengan tus sutiles pensamientos
A mí como un desnudo de pudores,
A mí como una llama de simiente.

Que se desprendan estos sentimientos
Y lleguen a mis manos sus furores
Como a mi pecho grávido y caliente.