LINYERA
Miro tus ojos cansados por el paso de los años,
la mirada baja, un rictus de amargura en la boca,
caminas lento, pausado, quizás por todo el daño
que fuiste acumulando en toda tu vida loca.
La angustia te salta por todos los poros
de tu cara grasienta y los pelos revueltos,
quizás tu corazón pida a gritos socorros,
pero nadie te ve, eres invisible
a ojos poco atentos.
Te miro y pienso, que te ha pasado en la vida,
que dolores llevas a cuestas, que amarguras,
cuantos silencios, soledades y duras caídas,
te han llevado a vivir en las calles inseguras.
Un dolor inmenso invade mi pecho,
tengo deseos de abrazarte, para que veas
que sí, que tienes todo el derecho,
de tener tus sueños, y de tener un techo.
Sigues caminando con tus pies pesados,
llagados quizás por falta de calzado,
te dejo ir, pero mi corazón llora impotente,
porque yo también te dejo de lado.
MARIA LIDIA HODUNOK.
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