Araceli Vellber

Mi resaca.

Las resacas de besos, duran hasta el siguiente beso,

aquí cuentan los números de besos,

los besos sin deseo,

los deseos, que les correspondan a un beso

y los sueños sin dueño

y también cuando los ventanales los abre el viento

y yo contemplo tu cuerpo desnudo

y yo quiero estar dentro

y una vez dentro fundir

besos,

sueños,

miedos,

dueños,

y algún esqueleto, de los años en silencio.

Hoy, no hay quien aguante, un beso entre los dientes,

unos besos apoyados, entre las manos

o una esquina en la que quedemos para decirte, un te quiero.

Me tumbé alguna vez en tus labios

como las nubes se acuestan, en la quilla de La Luna,

dormitando mis besos,

dormitando mis labios,

recordando los sueños del verano,

acordándome de  mis ratos amargos, soñando cuando hay días claros.

Por eso, quiero ser

aire y viento a su encuentro,

como tus ojos y los míos

cuando se miran sin saber si es, deseo o miedo

o la resaca de una noche de besos.