Isabel Anhara

DOLOR

Dolor, te conozco bien…

Noche que corroes las entrañas

y brindas una angustia perenne;

a fuerza de sangre, sudor y lágrimas,

sin una brizna de compasión

hacia el ser íntimo y doliente,

que mora en la sombra de una prisión;

al borde de un acantilado saliente.

Atrás queda la luz del sol,

filtrándose a través de los cristales;

ofreciendo su llamarada de calor

a esos satisfechos mortales.

Eterna nostalgia de instantes de amor;

es agonía que discurre a raudales;

presta a tornar la dicha en clamor.