Guardé tu amor en una lagrima,
en esa gota nuestro cuento...
las caricias de tus besos,
el retrato de tu aroma y
hasta la nostalgia de tu ausencia.
En ella también nuestras aventuras,
aquellos viajes infinitos y las lunas que otearon la belleza de tu encanto.
Hoy busqué aquella gota, que yacía
atrapada en un rincón del alma,
al encontrarla, le conté que no perdí la esperanza de un día liberarla.
... Y la dejé rodar...
cayendo, encontró la esencia
disipó las dudas y los límites
del tiempo y la distancia....
Quemó con desesperación el presente
y en el tiempo recobrado
desbordó las caricias acumuladas,
los aromas aliñados...
las palabras guardadas...
Y así logró el encuentro sublime de dos almas
que al recibir la ardiente gota enamorada
recrearon su primer instante,
fundiéndose en un solo beso,
En un solo abrazo...
En un solo cuerpo...
En una sola esencia...
Para reanudar juntos
el sendero trazado
por la huella que al rodar y al rozar
esa lágrima guardada
dejó marcada...