Frances Villa

Ya no canta

<!-- /* Font Definitions */ @font-face {font-family:"Cambria Math"; panose-1:2 4 5 3 5 4 6 3 2 4; mso-font-charset:0; mso-generic-font-family:roman; mso-font-pitch:variable; mso-font-signature:-1610611985 1107304683 0 0 159 0;} /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-unhide:no; mso-style-qformat:yes; mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman","serif"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} .MsoChpDefault {mso-style-type:export-only; mso-default-props:yes; font-size:10.0pt; mso-ansi-font-size:10.0pt; mso-bidi-font-size:10.0pt;} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} -->

Tanto la espera...

 

En el banco de la esquina se sienta y platica con el pajarillo que alguna vez musitaba una dulce melodía de amor, por allá cuando la pareja de enamorados, enarbolaban sus deseos a lo alto de una lámpara gigantesca.

 

Tanto la espera...

 

Que imagina de repente terminar su agonía con el suave eco de un: “Hola te estaba esperando”. Y es que es tan inmensa la espera que imagina nunca encontrar fin.

 

Ya pueden ver, esperó tanto y aún espera que ella regrese, que vuelva, que nuevamente susurre en sus oídos una palabra dulce de amor.

 

La espera tanto...

 

Que no pudo imaginar que en su sola espera, queda solo. Únicamente rodeado de matices de nostalgia y aquel tonto pajarillo que no da con la cuenta que todo ha cambiado. Que ya no existen los enamorados. Que la inmensa lámpara ya no brilla . Que la armonía de las notas que penden de su voz han silenciado, no da en la cuenta de que ya no canta.