Biby 181

CAER DEL CIELO, PERDER LAS ALAS.

Ha llegado la noche y simplemente desahogo lo que callo

lo que grita mi alma en silencio

sin que nadie sepa lo que siento

 

Ha llegado la noche y en mi agonía,

soy tentada por Lucifer, el seductor

el vanidoso, el engreído, el actor

quien me recuerda mi patética existencia,

mí nefasta esencia.

 

Sonriendo me recuerda que de nada sirve ser un Ángel,

con blancas alas y blancas vestiduras,

si no puedo volar, si no tengo libertad, si mi sabor es hiel.

 

Extiende sus alas rasgadas y me lleva en sus gélidos brazos al infinito,

donde no percibí ni movimiento ni ruido,

es extraño, sentí tranquilidad en mis adentros,

algo que no deleitaba desde hace tiempo.

 

Una perfecta danza macabra predicha por Camille Saint

Quién diría que él sabía bailar??

Unión inmuta entre sus ojos impíos y mi sentir de hastió!

Entre un ente con forma de hombre  y mi cuerpo desvalido,

Cuya alma está encarcelada y la mía totalmente desbastada.

 

Me dijo que no era malo, sino incomprendido,

que su pecado fue huir de la fantasía del paraíso mal fundado,

que era como yo, que buscaba y creía en el poder de lo bueno,

en los buenos sentimientos, en el amor y “Engaños superfluos” para estar contentos.

 

Pero, que la maldad estaba en él, será porque Dios así lo designo,

Para buscar un equilibrio, para inspirar el miedo en el humano,

Ser lo innombrable, lo repudiable, el lado oscuro, la congoja, lo tétrico.

Aunque sin querer, ahí se encuentre la inspiración para almas solitarias,

Que de esa maldad realizan bellas composiciones armónicas,

 

Si, esas Almas, las que se sienten olvidadas por Dios,

Las que piensan que su oración no la recibió,

Las que no hacen daño a otros, solo a sí mismas,

Las que mueren poco a poco, pues el tiempo no corre más aprisa.

 

Y me convenció de dejar el réquiem por mi sueño,

De alejarme a conquistar otro paraíso,

De renunciar al cielo que puede que sea solo algo etéreo,

De compartir una lúgubre  mansión que no conoce la luz del sol,

De renunciar a mi alma y adornar con mis dolorosas letras el inframundo,

Conquistar el Hades y reclutar almas de todo el mundo.

Quitarme las alas de ángel y ser solo engaño y dolor,

 

 

Al aceptar, la Serpiente me dejo caer………

mis alas se desgarran, no lo puedo creer,

veo  el mar y caigo en una playa solitaria,

me duele la espalda, estoy desnuda,

sin alma ni gloria, pero muy herida.

 

Veo al cielo y veo a Luzbel, se ríe y me señala,

Pues solo quería mi Alma,

Con profunda gana pronuncia mi sentencia,

Seguir sola hasta llegar a la demencia.

 

Me arrojo una sabana negra,

Hecha por cada lágrima que he derramado,

Por cada tinta que he utilizado

para escribir lo que el dolor me había dictado.

 

No me sorprende, me alcanza perfectamente!

Me cubro mi cuerpo descarnado,

Menos las cicatrices de mi espalda,

Señal de lo único bueno que tenia a mi lado,

Ahora, simplemente, no tengo nada.

 

Me arrodillo y pido perdón a Dios,

Pero, sé que no lo merezco,

Si me da la espalda, su decisión se la respeto.

 

Ahora, solo queda esperar, demencia o el día final,

La lección me salió cara, pero sé que tomare venganza.

¿Quién habla ahora? ¿Mi lado mortal o mi lado muerto?

Al gusto tuyo te lo dejo!!!