Darío Ernesto

Mi complemento y suspiro

 

 

 

Mujer,mujer oye este cántico 

me deleitas tanto,en cantidad infinita.
¡Mujer, ama de mi destino!
Me derrites en un fugaz instante,
Pugnas como magma, volcanes y orgasmos
Estrella mía, de mis noches, siendo lumbrera
En mi camino, mi huella contigo
Universo que abriga, con el abrazo sincero
Cuando te unes, a mi paisaje desértico
Fundentes cuerpos de oro y cobre
Con esos sensuales labios de rocío,
Un oasis, son tus ojos de ternura
Me surgen, serenatas 
Me laten hasta los pensamientos infinitos
Me gustas tanto, pequeña, te haces
Como nubes en mi alma,
En ti veo una hija, una hermana, una madre
Cuando estrecho tus manos
Pequeñas, blancas a veces temblorosas
Otras veces ansiosas
Desconfiadas y frías, manos que hablan
Historias no contadas
Amores, perdidos, lejanos sin islas
Sin caricias.
Me apasionan tus narraciones extensas
Solapando tu deseos
Tus íntimos gozos,
Mujer de pechos de vida y génesis,
En tu llanura sinuosa mis ojos se posan
Cuan avecilla blanca, pronosticando naturaleza
Relámpago y sismo
Desde mi epicentro, que te anhela.
Mujer de rubores de rojos y risa en tus mejillas
De pálidos gestos, cuando cargas ausencias
Carestías que la vida obsequia
En tus dientes bellos , grandes, primarios
Agracian mi risa, desgastada sin fe,
Llama de la amistad que existe en braza.
Detrás de tu tersa piel, infinitos tesoros albergas
Curioso y conquistador creaste,
Un buscador de tus tesoros más inestimables.
¡Mujer, cuando cantas, cuando besas, cuando lloras!
¡Cuando ries, cuando gimes!
Despiertan en mí, un héroe, que toma tus manos
Para besarlas,
¡Mujer, mujer de mares, de cordilleras!
Habitante de los hielos y serranías,
De oriente, de oxidentales océanos y polos.
Condenado a fecundarte,
He de admirar todo en ti,
la palabra tu eres
de vida, del fértil valle que amo, en donde
siendo una diminuta semilla, me ancle en ti
Nutriendo mis germinaciones y sueños
Fortaleciendo mi sabia verde, de tus
Aguas y placeres.

Septiembre 20 de 2013
Argentina

Dario Ernesto Muñoz Sosa, Autor