Te escondiste en mis memorias y allí estuviste alimentándote del beso de mis recuerdos y soñando con un mañana que será pronto, conocimos junto el látigo del amor y estuvimos a un lado de lo pervertido, las sabanas no fueron necesarias.
Me miraste y yo te mire, no miramos, a pesar de que los dos éramos ciegos, nos besamos aunque ninguno tenia boca y nos abrazamos sin contacto, pero nos amábamos porque los dos teníamos alma…