No había opción para mí,
simplemente era amarte y sufrir
o dejarte de amar y vivir.
Esos años de ilusión forzada
fueron menguando mis amaneceres,
opacaron mis tardes soleadas
por interminables horas de miedo y angustia,
de soledad en franca agonía,
aun estando acompañada;
me resistía a sentir y padecer ese cambio
en mi vida, en mi alma…
Pero los sentimientos cambian
y cuando el amor se convierte en odio,
ya no queda más nada…
Hoy cierro esa puerta
y abro mis brazos en señal de fe.
Estoy lista para amar otra vez…
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