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Majestad

El cielo en su esplendor,

y ni aún con su extensión

puede contener tu hermosura

¡es incomparable!

Ni el sol, la luna y las estrellas

todas juntas brillan más que tu radiante belleza.

Ante ella se postra toda criatura,

ante tu majestad se rinde toda fortaleza

y ningún imperio se alza sin que reciba su merecido,

pues todos serán juzgados por sus obras.