Isabel Anhara

A MI PADRE

Mi padre,

hombre forjado a fuego;

de rostro noble, enjuto

como el Hidalgo de la Mancha;

caminar firme y airoso.

 

Su mirada, ya marchita,

guarda recuerdos de otro tiempo.

La luz del alba vio en Castilla;

la adversidad laceró su infancia

entre lágrimas vertidas por su padre.

 

Su madre y el abuelo, Víctor,

guiaron sus pasos,

que su frágil memoria evoca

y en su corazón perduran

con veneración sentida.

 

Siempre solícito y cariñoso;

pendiente de mis travesuras de niña;

mi maestro; siempre a mi lado.

Me dio la vida

y a él le debo gratitud eterna.