sanzsant

SOBRE MI FÉRTIL ALMA.

A veces quisiera poder ser trueno... y ensordecido... acompañar a su rayo enmudecido...
Otras, tan solo arena...

cual diminuta piedra gastada que se humedece y empapa en el alba
para con un socorro de aliento ansiar sobre mi propio destino;
querría dejar dormir las palabras... sólo porque el silencio sea dueño de los instantes...

y por dar paso a ese silencio... pensar en mi yo interno que podría el mundo dibujar distancias...

pero que el sentir, es íntimo... libre... fecundo...
y que a su vez puedo una vez más, descubrir que mis letras sólo huelen a ella... que ella es mi mundo... el que elijo.

Descubrir que no es posible dejar de sentir...

de la manera en que su mano convulsiona  mis sentidos cuando la miro...

Y saber que no quiero cejar en querer contemplar sus ojos, sus labios, su sonrisa... sus negros zafiros...

pues renazco a cada que su voz me pronuncia sin titubeos, sin prisas....

 

Por eso les digo, me guardo...
me guardo de ella...
del desvarío de no verla...
de la locura de no verla..
de no serle, (de no ser en ella...)
me guardo...


Me guardo en mi para seguir siendo un loco que sueña... vive... ama... gime,
siente... quiere... tiembla... entrega todo a su manera.

Porque sólo es ella la que está hecha a mi medida... son sus manos las que sin tocarme alcanzan este mi pecho...
a su vez que mi mente toma su vientre a lo lejos...

Es cuando ella despierta... la que hace se desnuden mis deseos... mis risas, mi mente, mis ganas de caminar... y en mi vida se adentre.

Despierta ella.... despertamos los dos... convencidos siempre que juntos podemos...
que en uno... dos se crean... que en uno se sienten... ¡que eternamente se aman!...
Que la mañana nos despierta... cara a cara con la esencia del otro... y es sentir poco a poco cómo la felicidad se acerca por tomarla sin dilación... sólo por el mero hecho; de saber que es nuestra de antemano, 
de encauzar ese encuentro de madrugada, de decirle cosas al oído.... de las que crea que la noche no ha terminado, porque es más su presencia en un suspiro que la que no abraza pero traspasa el alma...

- Quererte...
aunque la noche me cubra de niebla,
y encuentres mis labios cosidos de ausencia en algún rincón donde la vida muera...
- Quererte...
recubierta de espinas.
Aunque maldiga la lluvia de mis ojos y quiera arrancarme los demonios que escupen en la piel de mi sonrisa.
- Que tú... amor... eres caricia...
caricia dulce que conoce el color de mis sombras, y sabe mecer con ternura todas mis heridas...
- Quererte... amor...
que tu amor es agua fresca;

                         

                                                  SOBRE MI FÉRTIL ALMA.

 

Autor. SSM-18-11-2015.