Jet

Capricho

Y no quiso el azar que entretuviera

mis ojos en tu rostro bello y triste,

ni el capricho de amor que tu me diste

salvó mi corazón de esa manera.

 

Me quejo de lo pudo haber sido

si el corazón mío ya fuera el tuyo,

y lerdo y somnoliento casi intuyo

si para ambos hubiéramos nacido.

 

Mas no, la soledad que se empecina,

en encontrar amores desparejos

y en sendas para todo desengaño,

 

El caos que se peina a la gomina,

el corazón, qué vaina ese pendejo!

que canta el pasaran más de mil años.