John morales

A mi madre (endecasílabos, trisílabos y heptasílabos)

 

Era una misericordiosa tarde

esas tardes que huelen a piedad

y donde la vida triste no duele...

alguien llamó detrás de mi dolor:

es mi madre, bisbiseando a mares;

y llora, se entristece hasta secar

Las tardes latitudinales mías

es mi madre tocándome los gestos

y tocándome hasta el corazón...

 

¡Ay madre...!

¡ay hijo...!

¡ay Espirítu Santo...!

 

Aproxímase, prontamente, audaz,

y al entrarse en mis ojos se quebranta 

de madre y, llora madre hasta dos veces,

ensanchando suspiros tan profundos...!

Como tú; que no hay mortandad que pueda 

vencerte, como tú, que rompes los

destinos con tu escrúpulo dinástico

Viuda es, viuda del tiempo que dejóla

entre sus meridianos anacrónica...

y es madre de mis ansias peregrinas

que ondea desde el cénit al nadir...

 

¡Ay madre...!

¡ay hijo...!

¡ay Espirítu Santo...!

 

Y por eso los soles te persiguen

flotando de onda en onda, hasta un millón

de ensangrentados soles de centurias...

¿Hasta dónde me alcanzará la vida?

Y ser de ti, tan sólo tuyo, tuyo...

del cayado que pende entre la tierra

y tu mano se arriman los vïentos

del aquilón, carbúncula y suntuosa...

 

¡Ay madre...!

¡ay hijo...!

¡ay Espirítu Santo...!

 

 

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David John Morales Arriola