salgomanzano

En la cueva de ese monte...

En la cueva de ese monte aromado

me cogió la mano,ciñó  mi frente:

de relumbre de hiedra fui coronado.

Y prado y luna y cueva y monte y fuente

 

desparramaron tanto olor amado,

que derretirse sentí el beso ardiente,

que se acercó otro tiempo floreado

a mi piel, a mis labios -¡cuán caliente!-.

 

De entre las venas sale un ay gozoso:

entre sus brazos me sentí contento:

sobre jergón de paja era dichoso

 

 tener en mis manos, calenturiento,

los cervatillos, siéndoles mimoso,

derramadas las mieles del portento

      (salvador)