Julieta Love

CRÓNICA DE UNA ESCALA DE GRISES  

 

El tic tac insoportable de las horas

recordándome lo efímero del día,

clavando sobre mis labios pesadas púas

de siniestras ausencias presentidas,

quitando de mi vista las impetuosas esquirlas de sol

y poniendo en su lugar una molesta escala de grises,

que se encarga nada más de recordarme,

lo sola que me encuentro,

mientras el gato me observa

y las gotas de lluvia presuntuosas

emergen de las nubes,

presiento que esta será otra noche como esas

en las que mi nombre se reduce a cenizas de recuerdo

y mis manos se entumen simulando ser rocas,

sobrepuestas en la monotonía de los días

y la falta de tierras explorables.

 

Se hace evidente entre crónicas banales

de noches de deseo y lujuria,

que tarde o temprano han de extinguirse de mi mente,

para siempre,

quizá cuando lo senil de mi alma,

llegue a su punto máximo de quiebre

y ni siquiera recuerde mi nombre,

pero el tuyo aún siga presente

y lo pronuncie,

como signo perpetuo de lo inevitable,

en una noche como esta,

con la misma maldita escala de grises.

 

Yulieth Gonzalez