Virginia de Albán

CENTINELA DE MIS NOCHES...

Entre mi boca naces: utopía,

corcel uncido a mi piel

como un relámpago

atado a cada noche.

 

               En las esquinas del fuego    

colmado de mi cuerpo,

dotado de silencios besadores

sigues naciendo humedecido,

continuo y disfrazado de penumbras

para mi boca, para mi boca sola…

 

Eres como un racimo

de oscuridades jadeantes,

que cuelga del árbol

finito de la noche,

tan sólo para mí.

 

Animal de tu sombra,

eres como una torre

desnudada de vida,

agotándose en mí,

como una profecía secretísima

que cae de la luna

iluminando agrestes madrugadas.

 

Yo que antes me tendía

como una flor de opacidades

tan sólo para ti…

 

Ahora he comprendido, inevitable,

que eres la flor que cae

desde el más alto mundo de la noche,

tan sólo para mí.