Adonis Santiago

Cuando tú no estabas

Era mi alma taciturna hasta que tú llegaste;

La brisa del amanecer congelaba mi piel,

Y entumecidas, mis manos tiritában de frío:

El brillo de la mañana se escondía detrás del toldo gris

Que las nubes formaban.

 

Todo era invierno cuando tú no estabas,

Todo era vacío, húmedo y frío.

El lodo del camino atascó las ruedas de mi carreta,

Y gasté mis fuerzas en vano, empujando mí destino

Sin lograr avanzar.

 

Las tardes eran un cúmulo de sueños rotos;

Abandonados y olvidados en un oscuro rincón.

Mi corazón deshojaba la esperanza de encontrarte,

Y en cada pétalo roto encontraba sosiego y confianza.

 

Todo era vácio y triste cuando tú no estabas,

Todo era soledad.

Eran para mí, tardes las mañanas,

Y el amanecer sabía a noche recién nacida;

Y la melancolía atascó el túnel

Que daba paso a las arenas movedizas de mi reloj.

 

Todo era gris:

Aunque no todo;

Aun quedaba una chispa escondida,

Una braza encendida entre las cenizas,

Una mirada profunda sin explorar,

Una mirada tuya que me hizo enamorar.