Tabata Rangel

Un escrito para intentar hacer sonreír

Te echo de menos, ¿sabes?, bueno realmente todos te echamos de menos, o al menos echamos de menos a la persona que conocimos alguna vez a la persona cariñosa, amable y respetuosa.

A la persona que siempre estaba atenta a todo y a todos, hasta que decidiste cambiar y hacernos daño, cambiar, y hacerte daño a ti misma.

Estábamos juntas y nos creíamos geniales, invencibles realmente, como si al hacer boberías fuéramos la gran cosa, pero maduramos y nos distanciamos, cambiamos supongo.

Pues cuando cambiamos, algunas veces nos amargamos la vida, y cambia nuestra forma de pensar, ya no eramos compatibles, ya no podíamos hablar, pues ya no teníamos tema de conversación.

Hasta ese día, donde todo fue como antes y parecía que el tiempo no había pasado, hablamos y hablamos hasta quedarnos sin quedarnos sin aliento, me contaste cosas valiosas y cosas sin sentido, al igual que yo. Pero aun que no nos hablemos como antes, siempre estaré para ti, como siempre lo estará la gente que te quiere, por ser cariñosa, amable y respetuosa, solo que un poco distinta.

Siempre estaremos ahí para ti y para todos, porque eso es lo que hace la gente si realmente te quiere.