Enrique del Nilo

EVOCANDO AUGURIOS

 

 

 

No recuerdes mi orfandad,

no preguntes mi origen o vecindad,

solo dime si en tu humanidad

hay espacio para mi minúscula inmensidad

 

Esta pasando la tarde por el andén

y tu mirada se pierde en los espacios

donde cabalgan la esperanza,

la inocencia y la estupidez;

en una amalgama epopeyica

que invita a danzar

 

Llama el hambre a la puerta

con su orgásmico gemido

y le responde el eco

“el pueblo está dormido”

 

Llora la madre sobre la sangre

que su mano con besos derramara

mientras las estadísticas

asustan desde sus escaparates

y las necesidades

se inventan para todas las edades

 

Diluvios de pétalos y llantos

se derraman en campos santos

donde el remordimiento

allana los vicios del amor

 

Sigue ladrando el perro

o el que ladra soy yo

es acaso que voy avanzado

o el progreso me olvidó

 

No preguntes por mi nombre

vengo huyendo de ese mar

traigo sed de distancias y olvido

dejame en tu mirada pernoctar