Adela Martin Ramirez

El Castillo de la Mota

Es la gran fortaleza de la Mota,
de entre todas las de ladrillo
-sin olvidar, por supuesto, la de Coca-
de toda España, el principal castillo.

Aunque no invite al ensueño
su majestuosa y sobria arquitectura
que, más militar que de cuento,
se alza en alucinante envergadura;


aunque ni etéreos fantasmas ni fieros dragones
pueblen sus almenados torreones
y sea su pulcro y cuidado aspecto
demasiado poco imperfecto,


tiene, empero, su silueta súbita y colosal
algo de espejismo, algo onírico, irreal …
cuando aún en la lontananza,
por la ancha meseta a Medina llegando
ya de pronto la vista lo alcanza:


un soberbio gigante la villa dominando,
una mole rojiza, imponente,
torre más alta del Reino de Castilla,
eco de un pasado que haces presente.


Glorioso pasado de reyes y reinas,
mira la Loca cómo se peina
esperando al Hermoso; por la ventana
todavía podemos ver a Juana.


¿ Habría perdido también Borgia la cordura
cuando, preso en la torre del Homenaje,
se lanzó desde tan vertiginosa altura,
saliendo ileso tan ilustre personaje?

De fortaleza inexpugnable
pasaste a lugar poco recomendable:
por el día demasiado calor,
por la noche lóbrego y deshabitado.
Has pasado de altivo y guerrero señor
a viejo ermitaño, del mundo retirado.

Mas siguen tu gran torre firme, robusta
y tus muros sólidos, gigantes
y tu magnífica estampa adusta
siendo tan señoriales como antes.

 
Eres la sublime encarnación
de un castillo medieval,
tan real que pareces irreal.
Es vana cualquier discusión:
eres para Medina un gran orgullo.
¿Qué castillo es el más hermoso?
El medinense lo tiene claro: el suyo.


Icono de Medina, monumento precioso.
En ti se ennoblece el ladrillo.
Es el Castillo de la Mota. El Castillo.

 

Adela Martín Ramírez