boris gold

ESTIMADO CIUDADANO....BLA BLA BLA

 

 

Estoy sentado en la mesa de un bar de la city con veleidades de confitería “bien” y mientras revuelvo mi pocillo de café, noto que la taza está cascada y yo, siempre proclive a buscarle “cinco patas al gato”, al momento hice una analogía entre la taza cascada y…LA VIDA.

Y aunque les perezca mentira la tiene, la taza cascada en esa confitería “bien”, hasta podría pasar por una paquetería para la mayoría de los parroquianos y esto hace que comience a elucubrar boludeces, dignas de mejor causa

En la cual este servidor, un pobre y sufrido ciudadano, se da cuenta de un montón de cosas, entre ellas dos que pintan de cuerpo entero a este mundo de hoy, que con sus más y sus menos, nos hace bailar al ritmo que se le antoja.

Una de las consigna a seguir es no parar nunca, porque de atrás vienen empujando y si parás…te pasan por arriba, ¿para que empujan? Nadie lo sabe, pero como somos zombis que estamos activados para seguir al primer puntero que se presenta, aunque sea una “toronja mecánica”…vamos tras él.

La segunda consigna es confeccionarnos un buen disfraz, cuanto más nos cambie nuestra personalidad: MEJOR.

Y así, como buena comparsa que somos, vivimos inmersos en nuestro propio corso, en el cual llegamos a ser, los mejores equilibristas de un eterno carnaval.

Somos capaces de mandar una cápsula a algún planeta lejano, e inventar una píldora, para que nuestro pene retoce feliz aunque sea artificialmente.

Pero nuestra inteligencia evidentemente no alcanza para crear un decálogo de vida, donde nos diga claramente como se llega a ser feliz…pero en serio.

Mientras tanto siento en mi mente una lucha feroz entre mis neuronas, las unas buscando saber el porqué “ de la inmortalidad de la corvina” y las otras buscando la forma de encarrilar mi vida, para dejarme de joder de una vez por todas.

En medio de este, mi gran despelote existencial, veo desde donde estoy sentado que en la vereda de enfrente, hay un local de venta de ropa femenina de una marca reconocida, ergo…carísima.

Y al momento se pone nuevamente en ebullición mi enferma cabecita loca y me pregunto: “LAS MUJERES” tan lindas ellas, por que gastan esa inmensa cantidad de dinero en lucir esos bellos y costosos modelitos, si en definitiva van a terminar siendo desvestidas por nosotros los hombres…que de modas no sabemos un pomo.

Pero no todo tiene que ser normal, si así fuera, el mundo sería más aburrido que chupar un clavo.

Yo no se si la infusión que acabo de tomar en el bar surtió efecto sobre algún órgano sensitivo de mi pobre osamenta, la cuestión es que me empecé a replantear un montón de cosas que las tenía casi olvidadas.

Como por ejemplo: me acuerdo de ese nefasto día, en que un funcionario nos decía como si Dios le estaría dando letra: apostemos al sistema jubilatorio sin temor, para tener de esa manera una jubilación digna y una vejez feliz y yo como un verdadero salame aplaudí la idea.

¿Dónde estaba en ese momento mi ángel guardián? Seguramente siguiendo a una hembra infartante en minifalda.

Pero a raíz de esto descubrí que con mi mensualidad de jubilado, puedo comer sopa de dedalitos un día si…y otro también.

Me levanto, pago el café y salgo a la calle a respirar nuestra infaltable porción de smog y bocinazos que hacen tan particulares a nuestra Buenos Aires.

Mientras camino noto que me van creciendo en todo mi cuerpo, vellones de lana y me voy convirtiendo de a poco…EN UNA OVEJA MÁS DE LA MANADA.

 

                                               Boris Gold

(simplemente…un poeta)