nelida moni

Sublime

Hebras, hebras suspendidas,

entrelazadas como cintas,

 moviéndose, meciéndose

suavemente

Entre maravilloso azar

entre hojas  y colores,

la tenue araña teje un

manto de plata y oro

La lluvia, refresca

y sus gotas, suman

el caudal del río.

Saetas de primaveras.

Apasionadas, se escurren

en la mística añoranza

mía, donde me envuelvo

y no pretendo salir

del paraíso, que me lleva

a mirarme, como parte de

este bello abismo,

donde me sumerjo, exhalo

a flores y respiro el

viento de matices de

esta primavera, que

aporta en mí,

 tal estadio.

Extraña es mi pasión

extraña, esta ilusión

que empalidece, y otras

crece

Es que esta armonía

gentil,  la fronda del

llorón, las rusticas y

carcomidas piedras del

                                         camino, que se ofrecen                                      

como vereda natural  y

mientras poso mis

 pies descalzos,

 siento frío, percibo

con encanto que se vierten,

helechos, y un entorno

de sopranos matinales

donde mi

éxtasis, se

                                                                  confunde y se pierde.                                                                    

Desvelos acarician

mi alma, que se torna

triste, al pensar

que entre

tanta sublimidad,

quizás, los destellos

 ya no tengan la intensidad,

en mi añiles