Pepe Pnca

80. RELATO

 

 

 

80.

 

 

 

 

SUÉLTATE

 

 

 

Un alpinista, desesperado por conquistar una altísima cima de una montaña, inicio su travesía después de años de preparación, pero quería la gloria solo para él, por lo tanto subió sin compañeros.

Empezó a subir y se le fue haciendo tarde. No se preparó para acampar, sino que decidió seguir.

La noche cayó con gran pesadez. Todo era negro, y la luna y las estrellas estaban cubiertas por las nubes.

Subiendo por un acantilado, a sólo unos pocos metros de la cima, se resbaló y se desplomó por el aire, cayendo a velocidad vertiginosa. El alpinista sólo podía ver veloces manchas oscuras y la terrible sensación de ser succionado por la gravedad. Seguía cayendo... y en esos angustiantes momentos, le pasaron por su mente todos los episodios gratos y no tan gratos de su vida.

Pensaba en la muerte cuando sintió el fuerte tirón de una larga soga que lo amarraba de la cintura a las estacas clavadas en la roca de la montaña.

Suspendido en el aire, no le quedó más que pedir ayuda.

- \"¡Ayuda, por favor, alguién me escucha necesito que me ayuden a subir- tomó un respiro y volvió a gritar con más fuerza- ¿Alguién me escucha? Necesito ayuda\"-. Dijo al fin el alpinista.

Estuvo atento por unos minutos mientras la cuerda lo hacia girar de lado a lado, oscilando y mirando al abismo que lo apartaba de una interminable caída, la noche no le permitía ver mas haya de su cuerpo, todo era oscuro. Sudaba frío y sus músculos tensionados y contraídos se le encalambraban, pero no sentía frío, tenía miedo a morir. trato de volver a gritar pero su voz estaba vez se le quebraba por el miedo que sentía al fin logro articular algunas palabras.

- \"¿Alguién me escucha?, por favor ayuda\"-. Volvió a decir el alpinista.

- \"¿Crees que yo te pueda salvar?\"-. Una voz profunda de los cielos le preguntó.

- \"Por supuesto\"- Dijo el alpinista.

- \"Entonces corta la cuerda que te sostiene\"-. Le dijo la voz, pero el hombre se aferró más a ella.

Al otro día, el equipo de rescate encontró a un alpinista colgando muerto, congelado, con sus manos agarradas fuertemente a la cuerda y a sólo dos metros del suelo.

Y tú, ¿Qué tan aferrado estas a tu cuerda?