Atrea

Ansiedad

En esa fina línea roja,  

donde cohabitan los polos opuestos,  

sentí desvanecer  

y al corazón brindar,  

por última vez.

Sentí dormir bajo el cielo de nunca jamás

y al adiós entrar sin llamar.  

Todo lo que más quería,   

era volver a nacer.