PETALOS DE NOCHE

Bar Literario.




No conozco el lugar, pero quizás sí, los vestigios del verbo que allí rascan la alergia, que despiertan a criaturas conociendo el poder de las letras. También hay baches en torno a lo desconocido, los obstáculos del aprendizaje.

El mundo extraño de los poemas y los versos que encadenan toda una explosión de emociones..., y no solamente éso, también la música y por qué no, el arte y sobre todo la respiración de mucha Literatura, la inhalación de escritores en vela de sus ojos amarrándose a una ventana, donde se rasga el alma, y mueren en palabras, resucitando en sueños a través del canal multifuncional del pecho, en esa conexión pujante en las entrañas, donde la víscera latente hace ecos en la alquimia del Poeta, título del Olimpo,
como lo decía
Huidobro, \"El poeta es un pequeño dios\".

Y allí están renaciendo con sus súperpoderes, dándole vida a lo inimaginable en un Bar donde las luciérnagas prenden las esquinas amarradas a la oscuridad, y bailan las estrellas a través de los ecos estridentes del flujo sanguíneo de artistas entonando el fúnebre nupcial de la noche, al luto ensordecedor de las sombras encendiéndose de frenesí en la pasión de los creadores, creando los astros navegando en el erotismo de la garganta declamando el jolgorio de los sentidos hechos una tez llena de acústica de la médula eléctrica del alma.

En otras palabras hacen evolucionar la poesía, en ese plano vertiginoso de los latidos de la pasión, y raudamente haciendo pausas en la arritmia profunda de los poemas desnudando al hablante, y con ello asesinar a los autores en sacrificio por la metamorfosis de la Literatura...